miércoles, 22 de febrero de 2012

Sanidad...Enfermedades/ parte 2




“cuando los insectos invaden tu campo, ellos solamente vienen como mensajeros del cielo para avisarte que el suelo está enfermo



Cuando vemos alteraciones producidas en el metabolismo de las plantas, decimos que está enferma. Estas pueden ser causadas por hongos, virus o bacterias. Las enfermedades no son tan sencillas de diagnosticar como las plagas, ya que no se puede identificar al culpable a simple vista. Lo que nosotros veremos en la planta son los síntomas y los signos.  Los vegetales enfermos manifiestan síntomas muy diversos. Por lo general, se muestran flácidos y presentan zonas cloróticas, así como manchas de color y tamaños variables sobre las hojas. Pueden marchitarse, amarillearse, permanecer pequeñas e incluso secarse. Una enfermedad puede afectar a toda la planta o sólo a algunos órganos, como, raíces, tallos, hojas y flores.   Una planta débil es más propensa a sufrir enfermedades.
Las más comunes son las producidas por los hongos .Los más fáciles de reconocer son los que emiten un polvo blancuzco, como el oídio  y el mildiu. Hay otros que alteran el funcionamiento de la planta. Si no se los controla, se extienden y pueden causar la muerte del ejemplar.
Las bacterias pueden afectar la cantidad  y la calidad de la producción de flores. Las condiciones propicias para su desarrollo son temperaturas que oscilan entre los 20 y 30 grados c, lluvias copiosas y vientos que llevan pequeñas partículas de suelo y producen heridas en la planta favoreciendo la penetración de las bacterias.
Los productos químicos para controlar los hongos son los fungicidas. Como medida complementaria a los tratamientos debe destruirse cualquier material que haya sido atacado ya que los hongos se propagan por esporas (son como semillas) que son transportadas por el viento y penetran fácilmente en los vegetales. Por eso se aplican tratamientos preventivos antes de que aparezca la enfermedad.
En ocasiones la enfermedad, se convierte en un rasgo ornamental, como es el caso de una variedad del farolito japonés, que tiene sus hojas con manchas amarillas muy decorativas y convive con ellas.

Enfermedades más comunes
Oidio: es ocasionada por un hongo. Aparece sobre la cara superior de las hojas como un polvito blanco que sale si le pasamos el dedo. Se desarrolla mejor en lugares sombreados y con poca ventilación. El momento más propicio para su desarrollo es durante la formación de botones florales. Este hongo es superficial y no invade la planta, y produce la muerte del tejido atacado.       Control: cuando se manifiestan los primeros signos, eliminar las hojas o brotes afectados y pulverizar con fungicidas. Especies que ataca: rosal, azaleas, lagerstroemia, roble europeo, evónimos,  plátanos, vid, begonia, crespón, duraznero.
Roya: es un hongo que se manifiesta con pústulas naranjas, blancas y oscuras en las partes de la planta que están en permanente desarrollo. El ejemplar  disminuye su crecimiento, mientras que las hojas se ponen amarillentas y caen. Se desarrolla en lugares húmedos, sombríos y con mala ventilación. Se transmite de planta a planta por el viento y los insectos. La roya del geranio es una enfermedad muy común que deteriora la belleza de las hojas.  Especies que ataca: rosa, hipérico, álamo, crisantemo.
Manchas foliares: producidas por hongos que se desarrollan sobre las hojas y, a veces, los tallos. Provocan la aparición de manchas irregulares de distintos colores, generalmente   con una aureola. Las   más vistas son la mancha negra del rosal, la mancha redonda del césped.  La primera es la más común. Se manifiesta primero como manchas pardo-violáceas que, con el tiempo, se vuelven negras.    Cuando el ataque es considerable, las hojas se caen prematuramente.   Control: eliminar las hojas enfermas y luego pulverizar cada quince días desde la brotación hasta el otoño.
Fumagina: se presenta: como una capa de hollín oscuro sobre las hojas, ramas y frutos, como si la planta estuviera sucia. Interrumpe el proceso de la fotosíntesis debido a que dificulta la llegada de luz a las hojas. Se alimenta de las secreciones azucaradas que producen las cochinillas, la mosca blanca y los pulgones. Por eso, para su control hay que combatirlos para luego atacar el hongo que morirá al no tener de que alimentarse. Especies que ataca: jazmín del cabo, laurel comestible, tuya, cítricos, hiedra
Torque del duraznero: es ocasionada por hongos. Produce bultos globosos algo rojizos sobre las hojas y en el envés aparece un polvo blanco (las esporas). Cuando el ataque es grave el frutal pierde la mayoría de sus hoja. Control: pulverizar en el invierno como prevención. En la primavera, pulverizar con  fungicidas varias veces a partir del momento que aparecen las primeras hojas.
Antracnosis: las condiciones óptimas para el desarrollo de este hongo son cuando la humedad es muy elevada y el agua permanece mucho tiempo en las hojas. La enfermedad consiste en manchas  irregulares redondeadas, de color grisáceo en el centro y violáceas
en la periferia. En algunos casos las manchas son pardas, con borde negro, y pueden llegar a perforar las hojas. Especies que ataca: varias plantas de interior, rosal, frutales, álamo, evónimo, cala.
Gomosis: se manifiesta con exudados y chorreaduras que presentan una consistencia gomosa y un olor desagradable en muchos casos. Esa zona se engrosa permitiendo la entrada de bacterias y hongos.  Control: cortar las partes afectadas y pulverizar.

Los métodos disponibles para los tratamientos comprenden a los orgánicos y biológicos, además de los productos químicos.

Tratamientos invernales.
- Los árboles que sufren el ataque del taladro, un insecto muy difícil de controlar, deben fumigarse en invierno, para continuar luego con los tratamientos primaverales.
- Después de la poda de rosales y frutales hay que realizar una desinfección con polisulfuro de calcio.
- El Botrytis cinerea es un hongo que daña las flores, especialmente las de las violetas de los Alpes. Los síntomas característicos son la presencia de colonias de esporas y de moho gris en las hojas, así como en la base de los pecíolos, además de flores pequeñas y caídas. Los tejidos acuosos y las condiciones de humedad favorecen esta enfermedad. Por eso, es importante disminuir el riego, y no mojar las hojas.
- Los árboles frutales son presa fácil de parásitos y enfermedades que afectan la producción de frutos y su calidad. Por eso, lo ideal es aplicar tratamientos preventivos.
Durante el período de latencia, la aplicación invernal de polisulfuros elimina los huevos de insectos chupadores y polillas de invierno. También, los de la arañuela de los frutales.

Tratamientos primavera-verano-otoño. - Para tener rosas impecables hay que pulverizar cada dos o tres semanas con fungicidas específicos para mancha negra y mildiu . No hay que pulverizar siempre con el mismo producto, sino de cambiar de principio activo. También debe hacerse una pulverización preventiva contra la roya.
-Para los frutales, cuando las plantas brotan (a principios de la primavera), se usan insecticidas, sistémicos, . No debe pulverizarse durante la floración. Solo hay que repetir cuando caen los pétalos.

 Claves para un jardín orgánico. -Realizar la rotación del suelo con cuidado ya que los microorganismos que trabajan sobre la superficie no son los mismos que se encuentran a una profundidad de 40cm.
-Basar los cultivos en asociaciones de plantas que se beneficien.
-Aplicar la técnica de mulching sobre canteros para regular el agua y ayudar a proveer nutrientes.
-Utilizar el compost como principal fertilizante y agregar complementos de purín en distintas plantas.
-Contar con “plantas trampa” que atraen insectos y evitan que ataquen  otras especies.
  
“En un jardín orgánico hay que darle a las plantas las mejores condiciones para fortalecer sus defensas y hacerlas más resistentes. La sanidad en los cultivos orgánicos se basa en la prevención. En un suelo rico en materia orgánica y nutrientes, si cultivamos plantas adecuadas al clima de la región y le damos los cuidados que necesitan, estas se desarrollarán saludables y resistentes a las plagas y enfermedades”

“la materia orgánica y el compost no son abono químico en forma orgánica, sino alimento para la vida del suelo que moviliza los nutrientes”

































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