martes, 10 de julio de 2012

Orgánica-mente......



En el cultivo orgánico o ecológico de las plantas no se propone sólo oponerse al uso de plaguicidas y fertilizantes químicos. Cultivar orgánicamente es aplicar una visión general de la naturaleza, aprendiendo    que todo en ella está interactuando. Se basa exclusivamente en su respeto. Se siguen sus leyes y se aprovechan sus secretos. Con algunos consejos muchas más personas disfrutarán de su huerto ecológico.
El cultivo orgánico se basa en reglas fundamentales, conocer y aplicar estas técnicas a la huerta nos garantizará la cosecha de mejores verduras.
Uso de abonos orgánicos: Se pueden preparar en casa, o comprar en algún vivero. Se suministran al suelo y aportan la fertilidad que necesitan las plantas para su crecimiento y desarrollo (humus de lombriz, estiércol seco, compost). Lo ideal es fabricar nuestro abono o compost a base de residuos vegetales. Tener cuidado al trabajar el suelo, en no invertir las diferentes capas, ya que los microorganismos que viven en la superficie no son los mismos que se encuentran a más profundidad. Utilizar el acolchado o mulching en nuestros canteros. Se trata de una cubierta formada por cortes de césped seco y hojas, la cual reducirá el impacto de los agentes atmosféricos (vientos, fríos intensos, sol fuerte) Mantiene la humedad y la estructura del suelo y produce un reciclaje de materia orgánica.
Rotaciones: Al rotar plantas de distinto tipo y familia de una temporada a la siguiente en un mismo sector aseguramos una excelente sanidad y buen aprovechamiento de la fertilidad del suelo. Esto significa que los nutrientes se aprovecharán escalonadamente a lo largo del tiempo, dependiendo de la exigencia de cada planta. Por ejemplo si en un surco sembramos lechuga (hortaliza de hoja) y cuando termina el cultivo en ese mismo lugar se siembra algo totalmente distinto, como rabanito (hortaliza de raíz). Al ser de distintas familia y estructura no comparten enfermedades ni plagas, evitando también  la carencia de nutrientes determinados.
Asociaciones: Esto consiste en agrupar plantas de hortalizas totalmente distintas (de diferente familia y estructura de planta), para que entre ellas se espanten insectos dañinos, eviten enfermedades y no compitan por espacio aéreo ni subterráneo. Un ejemplo muy descriptivo es el de la zanahoria (hortaliza de raíz) que con su estructura ocupa la parte subterránea del suelo, asociada con acelga (hortaliza de hoja) en un surco adjunto, que ocupará la parte aérea del sector y desarrolla muy poca raíz.
Ventajas de una buena asociación
-Tierra, espacio y agua son mejor utilizados.
-Se reducen al mínimo los riesgos de malas cosechas.
-Disminuyen   los ataques parasitarios.
-Hay menos invasión de hierbas y malezas.
-Mejora el rendimiento en un 50-100%
Al asociar debemos tener en cuenta la importancia de dos familias.
-Las leguminosas (soja, habas, chauchas, arveja) que aportan a través de sus raíces nitrógeno, nutriente fundamental al suelo.
-Las liliáceas (ajo, cebolla, ciboulette, puerro, cebolla) que asociadas con cualquier otra hortaliza garantizan una muy buena prevención frente a plagas ya que con su aroma repelen a los insectos.

Las frutas y las verduras de los huertos ecológicos tienen más sabor, más olor, saben mejor….La satisfacción que ofrece verlos formarse y crecer, recogerlos, comerlos  y compartir…no tiene precio.

La agricultura orgánica privilegia la tierra y todo lo que significa aumentar su fertilidad.

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