jueves, 12 de enero de 2012

Suelo...Cual es el ideal para nuestras plantas...

El suelo no es solo el anclaje de la planta, sino el proveedor de sus nutrientes. Para desarrollarse, las plantas necesitan un suelo fértil, rico en materia orgánica. Cuando no es el adecuado, el crecimiento de las plantas se ve limitado.



Es un complejo organizado de minerales, materia orgánica, agua y aire. Debe tener nutrientes en cantidad y proporción adecuada y no contener sustancias tóxicas, ser aireado y drenado y contar con condiciones climáticas favorables.


Conocer las propiedades físicas es muy importante, por ejemplo, la permeabilidad. Esta consiste en el paso del agua a través de los poros del suelo. En suelos arenosos, donde los poros son muy grandes, el agua no queda retenida   y el suelo se seca rápidamente. En cambio, en un suelo arcilloso, son muy pequeños y el agua queda retenida y produce encharcamiento o anegamiento del suelo. A esto lo conocemos como textura del suelo, y de esta manera, diferenciamos  los suelos pesados o arcillosos de los livianos o arenosos. Los suelos francos son ideales porque resultan de la mezcla equilibrada entre arenoso y arcilloso. Son de color negro, ricos en materia orgánica y contienen la humedad justa: no retienen en exceso, ni son demasiado permeables.

Las raíces no crecen    “en” el suelo, sino “entre” el suelo. Respiran y necesitan del aire que se encuentra entre los poros. En los suelos sueltos crecerán más profundas y el agua infiltrará más.

Los distintos tipos de suelo que podemos encontrar con mayor frecuencia en nuestros jardines son: arcillosos, arenosos  o bien un suelo fértil y de tierra negra y rica.

Como mejorar el suelo
Las  enmiendas inorgánicas, son los agregados que incorporamos al suelo para corregir su textura, estas alivianan el suelo pero no aportan materia orgánica, solo favorecen a la porosidad y a la permeabilidad: son

ARENA GRUESA: Hace que los suelos se vuelvan más permeables.
PERLITA: Afloja los suelos, los vuelve más sueltos y mas permeables.
VERMICULITA: Se usa para mejorar la porosidad y retención de agua del suelo.

Muchas veces escuchamos hablar del PH (potencial del suelo). Este nos indica si nuestro suelo es ácido o alcalino. Son muchas las plantas que necesitan de mayor   acidez para un mejor desarrollo es el caso de helechos, azaleas, hortensias, jazmines y camelias.
También  usaremos las enmiendas orgánicas, ellas además de mejorar la textura son las encargadas de aportar nutrientes, las más necesarias son:
PINOCHA: alivianan el sustrato y bajan la acidez. Proviene del compost formado con las acículas de los pinos.

RESACA: mejora la textura del suelo, aporta nutrientes y equilibra el PH. Proviene de los desechos de la orilla del río.

TURBA: aliviana el suelo, mantiene la humedad , da acidez y mejora la aireación. Proviene de la lenta descomposición de materia orgánica vegetal, generalmente de zonas pantanosas.

HUMUS DE LOMBRIZ: es muy rico en materia orgánica y nutrientes..

COMPOST: aporta materia orgánica y mejora la textura.

ESTIERCOL: fuente de nitrógeno.


Mezcla para macetas.
A la hora de preparar el sustrato para macetas hay que tratar de no usar tierra que contenga mucha arcilla. Olvidémoslo de usar esos restos que tenemos como sobrantes en macetas viejas en nuestra casa. Es fundamental colocar un buen sustrato suelto y poroso que se adapte a las exigencias de la especie que vamos a plantar. Su calidad se reflejará en los resultados. Un sustrato debe componerse de los siguientes materiales:
1- Una parte de tierra negra, que debe ser oscura, levemente ácida y desgranarse fácilmente entre los dedos.
2-Una parte de vermiculita o perlita, que son inertes y exentas de enfermedades, es decir, estéril.
3- Una parte de un buen composta rico en resaca, humos y materia orgánica.

Pasos a seguir:
Verificar que el orificio de salida de agua de la maceta este limpio.
Colocar en la base de la misma unos cinco cm leca,
Luego se agrega el sustrato preparado.
Y como cobertura final usamos una capa de chips, que es un material orgánico que se distribuye alrededor de las plantas. Sirve fundamentalmente para conservar la humedad, impedir el crecimiento de malezas ,y al degradarse se va incorporando como materia orgánica y nos brinda una cálida terminación.

Recordar” invierta un centavo en la planta y diez en la plantación” Recuerde esta frase a la hora de evaluar el suelo de su jardín para mejorarlo en caso de ser necesario. De esto dependerá el éxito o el fracaso de la plantación.


Patricia López/ Diseñadora Paisajista.
tallerdejardinerialasmanosenlatierra@hotmail.com

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