martes, 26 de agosto de 2014

Proteger de heladas y vientos...


 

Si bien hay una nutrida lista de agentes que pueden afectar a nuestros árboles y arbustos, hay situaciones climáticas que dan prioridad en esta época del año. En algunos casos el descuido puede terminar con nuestras plantas, y ver el fracaso de meses de crecimiento y desperdiciando una buena cuota de esfuerzo y dinero. Por lo tanto hay que adelantarse a vientos fuertes y heladas para no tener que lamentar sus embates.

Los fríos intensos del invierno pueden tener consecuencias devastadoras sobre las plantas de exterior, tanto si se cultivan en maceta como en el suelo del jardín. Pero existen maneras de proteger los ejemplares o, al menos, paliar los efectos de las bajas temperaturas. Daremos algunas de las principales técnicas para evitar que las plantas resulten perjudicadas o incluso mueran a causa de los fríos intensos.

Heladas… Las “heladas blancas”, provocadas por el estancamiento del aire más frío en las capas más cercanas a la superficie de la tierra, pueden ser evitadas, hasta un punto, cubriendo las plantas total o parcialmente. Se debe proteger el tronco de las plantas de tallos únicos sensibles, como jacarandaes, lapachos, cubriéndolos con un grueso cilindro de plástico o bolsas de polietileno negro. Estas se rellenan con bollos de papel de diario o paja seca y se atan para evitar que el viento y el agua lo deterioren. El plástico negro se calienta con los rayos del sol y el relleno conservará ese calor durante toda la noche. Solo cubrir los troncos, no las hojas, ya que estas fermentarán dentro del envoltorio. En los canteros, donde podemos encontrar plantas más chicas es aconsejable armar estructuras con tutores de cañas o hierro y cubrirlo con tejido anti-helada. Amontonar paja u hojas secas al pie de los arbustos o sobre la tierra de estos canteros de herbáceas a modo de protección y calor a la misma.

Reducir el riego. Uno de los principales problemas generados como consecuencia del frío es el congelamiento del agua presente en el sustrato de la planta. Debido a ese motivo, y a que las necesidades de humedad de las plantas en esta época es mucho menor, es importante reducir la cantidad de riego y, además, garantizar que el suelo tenga un buen drenaje.

Macetas: Cuando las protagonistas de nuestro patio son las macetas, también es necesario considerar que las mismas pueden ser dañadas por el efecto del frio, lo importante es tratar de aislar su superficie y procurar que no quede descubierta, en particular si son de barro, cerámica o terracota, elementos de mayor fragilidad ante las temperaturas extremas.

Agrupar las macetas. En general conviene reunir las plantas para crear microclimas de buena temperatura y humedad, mucho más aún en invierno, cuando las temperaturas les pueden causar mayor sufrimiento y estrés. Si es posible, se deben agrupar junto a una pared, para que estén más resguardadas y mucho mejor, si miran hacia donde los fríos han de ser menos intensos. Por otra parte, al colocar varios ejemplares juntos y cerca de una pared, resulta más sencillo protegerlos en mini-invernaderos.

Colocar un acolchado. Cuando son ejemplares que se hallan en el suelo del jardín, la mejor prevención es elegir especies capaces de soportar los niveles de frío de la zona. Además de eso, se recomienda instalar en el suelo un buen acolchado, de corteza de pino, paja, hojas secas u otros elementos. El acolchado genera una barrera protectora para el suelo, que produce un efecto aislante con respecto a la temperatura del aire de la superficie.

Se nos viene el invierno, y el receso vegetativo de muchas especies en esta estación significa también que tienen menos energía para enfrentar el frío y las heladas. Pero todas las plantas, en mayor o menor medida, se tornan más sensibles durante la temporada invernal y exigen cuidados específicos para sobrevivir y llegar sanas y fuertes a la primavera.

Consejos para cuidar las plantas de interior que sufren falta de oxígeno y sequedad por la calefacción: riego mínimo  y aumentar la pulverización sobre el follaje para propiciar mayor humedad ambiental. También es aconsejable agregar turba, ya que le proporcionará humedad al sustrato.

Cuidar el pasto en invierno: bajar el caudal de riego. Un riego por aspersión al amanecer puede ser beneficioso para el pasto tanto como para el resto del jardín

Prevenir posibles caídas. Además del frío, otro factor de riesgo durante el invierno son los fuertes vientos. Además del daño que de por sí las corrientes de aire ocasionan en las plantas, el viento invernal puede tirar una maceta y hacer que se rompa, que se derrame el sustrato o que la planta se deteriore. Sería conveniente colocar algo pesado para dar mayor estabilidad. Si hay macetas colgadas lo mejor es quitarlas. Los vientos fuertes pueden dañar las plantas, pero son particularmente nocivos para las plantas jóvenes o recién plantadas. El viento no sólo dobla y rompe tallos y ramas, sino que también seca las hojas. Colocar pantallas y protectores contra el viento antes de una tormenta es la mejor forma de prevenir. Las plantas, con el viento, pueden sufrir sequedad en la tierra y verse afectadas las raíces .También puede perder hojas, importantes para hacer la fotosíntesis.

 

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