Si bien hay una
nutrida lista de agentes que pueden afectar a nuestros árboles y arbustos, hay
situaciones climáticas que dan prioridad en esta época del año. En algunos
casos el descuido puede terminar con nuestras plantas, y ver el fracaso de
meses de crecimiento y desperdiciando una buena cuota de esfuerzo y dinero. Por
lo tanto hay que adelantarse a vientos fuertes y heladas para no tener que
lamentar sus embates.
Los fríos intensos del
invierno pueden tener consecuencias devastadoras sobre las plantas de exterior,
tanto si se cultivan en maceta como en el suelo del jardín. Pero existen
maneras de proteger los ejemplares o, al menos, paliar los efectos de las bajas
temperaturas. Daremos algunas de las principales técnicas para evitar que las
plantas resulten perjudicadas o incluso mueran a causa de los fríos intensos.
Heladas… Las “heladas
blancas”, provocadas por el estancamiento del aire más frío en las capas más
cercanas a la superficie de la tierra, pueden ser evitadas, hasta un punto,
cubriendo las plantas total o parcialmente. Se debe proteger el tronco de las
plantas de tallos únicos sensibles, como jacarandaes, lapachos, cubriéndolos
con un grueso cilindro de plástico o bolsas de polietileno negro. Estas se rellenan
con bollos de papel de diario o paja seca y se atan para evitar que el viento y
el agua lo deterioren. El plástico negro se calienta con los rayos del sol y el
relleno conservará ese calor durante toda la noche. Solo cubrir los troncos, no
las hojas, ya que estas fermentarán dentro del envoltorio. En los canteros, donde
podemos encontrar plantas más chicas es aconsejable armar estructuras con
tutores de cañas o hierro y cubrirlo con tejido anti-helada. Amontonar paja u
hojas secas al pie de los arbustos o sobre la tierra de estos canteros de
herbáceas a modo de protección y calor a la misma.
Reducir
el riego. Uno de los principales problemas generados como
consecuencia del frío es el congelamiento del agua presente en el sustrato de
la planta. Debido a ese motivo, y a que las necesidades de humedad de las
plantas en esta época es mucho menor, es importante reducir la cantidad de
riego y, además, garantizar que el suelo tenga un buen drenaje.
Macetas:
Cuando las protagonistas de nuestro patio son las macetas, también es necesario
considerar que las mismas pueden ser dañadas por el efecto del frio, lo
importante es tratar de aislar su superficie y procurar que no quede
descubierta, en particular si son de barro, cerámica o terracota, elementos de
mayor fragilidad ante las temperaturas extremas.
Agrupar
las macetas. En
general conviene reunir las plantas para crear microclimas de buena temperatura
y humedad, mucho más aún en invierno, cuando las temperaturas les pueden causar
mayor sufrimiento y estrés. Si es posible, se deben agrupar junto a una pared,
para que estén más resguardadas y mucho mejor, si miran hacia donde los fríos
han de ser menos intensos. Por otra parte, al colocar varios ejemplares juntos
y cerca de una pared, resulta más sencillo protegerlos en mini-invernaderos.
Colocar
un acolchado. Cuando son ejemplares que se hallan en el
suelo del jardín, la mejor prevención es elegir especies capaces de soportar
los niveles de frío de la zona. Además de eso, se recomienda instalar en el
suelo un buen acolchado, de corteza de pino, paja, hojas secas u otros
elementos. El acolchado genera una barrera protectora para el suelo, que
produce un efecto aislante con respecto a la temperatura del aire de la
superficie.
Se nos viene el invierno, y
el receso vegetativo de muchas especies en esta estación significa también que
tienen menos energía para enfrentar el frío y las heladas. Pero todas las
plantas, en mayor o menor medida, se tornan más sensibles durante la temporada
invernal y exigen cuidados específicos para sobrevivir y llegar sanas y fuertes
a la primavera.
Consejos para cuidar las plantas de interior que sufren
falta de oxígeno y sequedad por la calefacción: riego mínimo y aumentar la pulverización sobre el follaje
para propiciar mayor humedad ambiental. También es aconsejable agregar turba,
ya que le proporcionará humedad al sustrato.
Cuidar el pasto en invierno:
bajar el caudal de riego.
Un
riego por aspersión al amanecer puede ser beneficioso para el pasto tanto como
para el resto del jardín
Prevenir posibles caídas.
Además del frío, otro factor de riesgo durante el invierno son los fuertes vientos. Además del daño
que de por sí las corrientes de aire ocasionan en las plantas, el viento
invernal puede tirar una maceta y hacer que se rompa, que se derrame el
sustrato o que la planta se deteriore. Sería conveniente colocar algo pesado
para dar mayor estabilidad. Si hay macetas colgadas lo mejor es quitarlas. Los
vientos fuertes pueden dañar las plantas, pero son particularmente nocivos para
las plantas jóvenes o recién plantadas. El viento no sólo dobla y rompe tallos
y ramas, sino que también seca las hojas. Colocar pantallas y protectores
contra el viento antes de una tormenta es la mejor forma de prevenir. Las
plantas, con el viento, pueden sufrir sequedad en la tierra y verse afectadas
las raíces .También puede perder hojas, importantes para hacer la fotosíntesis.
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