Las plantas y sus mitos…Visión mágica…Como decía un reconocido poeta hindú “no es posible tocar el pétalo de una flor sin que se estremezca una estrella”.
Conoceremos la historia
oculta de algunas plantas, camufladas en leyendas, mitos o tradiciones ancestrales,
hablaremos del porqué de estas populares plantas.
Cada ser vivo cumple un
papel fundamental en el universo. Se sabe que hierba es buena para curar tal
enfermedad, para hacer tal o cual infusión o incluso cuales son mortales, pero
se ignora, a veces, a que tradición inmemorial puede estar vinculada cada
planta, lo cual explicaría en parte esas propiedades benéficas o maléficas que
se les atribuyen.
Estamos rodeados de cosas a
las que apenas prestamos atención a lo largo del día, una de ellas es la propia
naturaleza. En la historia oculta de las plantas hay leyendas que nos remontan
a mitología grecorromanas o nos hablan de árboles mágicos. Se dice que el olmo,
el roble, el sauce y el tejo son los hogares de los elfos, en novelas de
fantasía y folclore se los describe como seres pequeños, de orejas puntiagudas
que viven en el bosque y llegan a tener poderes mágicos. Cuando un árbol muere,
sus devotos hacen una compleja ceremonia para trasplantar al genio o espíritu
del árbol a un retoño. Nos encontramos también con aspectos tan curiosos como
es el hecho de cultivar jardines antivampiros, donde se colocarán cerca de
puertas y ventanas, rosales silvestres, ajos, cicuta y ajenjo, para que estos
seres no penetren en las viviendas.
El laurel, tiene su origen en una ninfa, Dafne. Apolo la cortejaba,
pero al comprobar su fracaso, dijo entonces a Dafne, “si no puedes ser mi amante, me serás
consagrada eternamente. Tus hojas serán siempre verdes y con ellas me
coronaré”. Así se consiguió que la ninfa Dafne y el laurel pasaran a ser una
misma cosa y se consagrara este árbol de hoja perenne al dios Apolo.
En Inglaterra a la ruda se la llamaba hierba santa porque
se solía mezclar en un brebaje que hacía beber a las personas que se decían
estar poseídas, para calmarlos o curarlos. Los más eficaces amuletos para
protegerse de las brujas, contenían ruda y apio. La ruda era muy popular para
ahuyentar a espíritus malignos, tan popular que tiene unas estrofas cantadas
que dicen: Si los mozos supieran/ lo que es la ruda/ no salieran sin ella/
noche ninguna.
El abeto, está considerado en la actualidad, como el símbolo de la
navidad, pero en realidad está ligado a tradiciones germánicas y escandinavas,
y lo que simboliza con sus luces es el firmamento, así como las almas de los
antepasados, cuyo recuerdo sigue aún vivo en el hogar en tan entrañables
fiestas.
El tilo está dedicado a la diosa escandinava, Freyra, era símbolo del
amor, amistad y fidelidad. Bajo sus hojas se celebraban las reuniones de las
tribus celtas, así como sus juicios. Cuenta una hermosa leyenda romana que
Júpiter pidió una noche asilo en una choza de Frigia y fue acogido por un
matrimonio anciano, al recibir tan cariñosa hospitalidad, el dios les dijo que
pidieran un deseo y fuera cual fuera se los concedería. Ellos tan solo pidieron
morir juntos. Cuando al pasar de los
años murieron, júpiter lo convirtió en tilo y a la anciana en encina, cuyas
ramas y raíces estaban tan entrelazadas que eran imposibles desunirlos.
El helecho es una planta criptógama que nunca florece y de ahí el mito
de su flor imposible. Dicen diversas leyendas que quien consiga recoger una de
estas flores adquirirá suerte de por vida, así como poderes milagosos.
Según la mitología romana,
al legar el cristianismo, dice que las lágrimas que María Magdalena vertió
arrempetida, se convirtieron en bellas margaritas
al caer al suelo.
El abedul es mágico en varios sentidos, en los países eslavos se
creía que en estos árboles habitaban los espíritus del bosque y las ramas
servían para serenarlos. Sobre las cunas de los niños se ponían ramas de abedul
para protegerlos.
Desde tiempos antiguos se
empleó la corteza del sauce como
medicina, dada la presencia en ella de la salina. Al lado de su historia, se
dice también que la escobas de las brujas se hacían de palo de fresno y ligazón
de sauce. Es por eso, el árbol de los encantamientos.
El mago Merlín enseñaba a
sus discípulos debajo de un manzano,
árbol de poder oracular.
Los antiguos romanos
adoraban a la higuera porque la
creían responsable del emplazamiento final de la ciudad de Roma. Según el mito,
la cuna de Rómulo y Remo, a la deriva del río Tíber, quedó atrapada en las
raíces de una higuera.
Los frutos del avellano aparecen a menudo en los
cuentos de hadas, como símbolo de sabiduría y adivinación o como recipientes
mágicos.
El perejil tiene fama de hierba misteriosa, ya que los gladiadores la
levaban antes su mortales combates en la creencia que les daba fuerza y
astucia.