…que
iluminan la noche.
Y sí…finalmente ocurrió…Las flores, con su
inconsciente mandato de prolongar la especie, estaban listas e inquietas,
impacientes por el deber que las urgía a aparecer. Ahora explotan en infinitos
colores, para lograr atraer a los que con su visita diseminarán su polen, de
modo de iniciar una nueva gesta de descendencia.
Con la primavera, el ciclo de la vida recomienza una
vez más.
Hoy hablaremos de plantas con flores que pintan al
jardín con una paleta de color blanco…jardines blancos, que iluminan la noche.
Azucena: Con flores grandes, blancas y perfumadas, coronan
los tallos erguidos que desaparecen en el invierno. Su altura llega casi al
metro. Requiere riego regular y fertilización. Deben controlarse las babosas y
caracoles. Se multiplica por división de matas adultas en el otoño, una vés
que el follaje se secó por completo. Al sol en lugares frescos y suelos
permeables. Ideal como flor de corte por su perfume.
Cala: Requiere suelos húmedos y pantanosos. Necesita
media sombra. Ideal para estanques con sombra liviana. Sus hojas son grandes,
sagitadas, de largos pecíolos. Sus flores, muy pequeñas y amarillentas, están
agrupadas en una espádice, protegidas por una espata blanca acartuchada, de
agradable perfume. Se cultiva bien en macetas. Se utiliza como palustre en
contenedores dentro de estanques. También se cultiva para flor de corte. Se
multiplica por división de matas.
Bignonia blanca: Trepadora perenne de rápido crecimiento, que
produce una masa de flores blancas con forma de trompeta, con garganta púrpura.
También es notable el aspecto de sus hojas, que son persistentes y de un verde
oscuro tan brillante. Necesitan de un soporte que lo permitan enrollar sus
zarcillos, considerando unos 5 metros de expansión para sus ramas. Soporta
climas fríos, pero debe protegerse de los vientos fuertes y de las heladas
prolongadas. Requiere una exposición luminosa, suelo fértil y bien drenado.
Corona de novia: Forma rápidamente una mata globosa de tamaño medio
y delicado ramaje arqueado que se cubre de masas de flores blancas con los
primeros calores primaverales. Su
follaje es verde glauco, tornándose amarillo en otoño. Es resistente a las
heladas. Conviene realizar una poda anual, despuntando las ramas cuando termina
la floración, y ralear periódicamente entresacando desde la base las ramas
excesivas y más viejas para clarear la copa y permitir el acceso de aire y luz
en su interior. Puede multiplicarse por división de matas. Su altura llega a
los 2 metros. Prefiere el sol. Con frío y sol mejora el colorido otoñal.
Jazmín del cabo: Su perfume es inigualable. Las flores se destacan
entre las hojas y salen de unos capullos vedes brillantes. Sus hojas conservan su
atractivo todo el año. Prefiere sol de mañana. El suelo debe ser rico y
ligeramente ácido. Alcanza una altura y diámetro de 2 metros. Controlarlo del
ataque de plagas y enfermedades.
Photinia: Su follaje persistente presenta una increíble
brotación primaveral de color rojo cobrizo brillante. Pero el espectáculo que
despliega en la primavera aumenta con la floración, grandes racimos de flores
blancas sobresalen por encima de las hojas más altas. Soporta una poda regular.
Necesitan sol . Soportan heladas, llegan a medir de 4 a 5 metros de altura.
Pezuña de vaca: Especie caduca, de crecimiento lento. Tiene ramas
arqueadas, con aguijones. Sus flores blancas se disponen en racimos, parecidas
a las orquídeas, y resultan muy llamativas sobre las hojas hendidas al medio como la pezuña de la vaca.
No tolera las heladas. Prospera al sol y medio día de sol. Llega a una altura
de 8 metros.
Margaritas: Tiene flores blancas con el centro amarillo. De
crecimiento rápido, tolera muy bien el frío. Es muy utilizada en macizos. Apta
como flor de corte debido a su larga duración. Hay que podarla después de la
floración. Se multiplica por división de matas y por semillas. Necesitan pleno
sol. Resistente a enfermedades. Alcanza una altura de 60 centí
No hay comentarios:
Publicar un comentario