jueves, 18 de octubre de 2012

Jardines de flor blanca...




…que iluminan la noche.

Y sí…finalmente ocurrió…Las flores, con su inconsciente mandato de prolongar la especie, estaban listas e inquietas, impacientes por el deber que las urgía a aparecer. Ahora explotan en infinitos colores, para lograr atraer a los que con su visita diseminarán su polen, de modo de iniciar una nueva gesta de descendencia.
Con la primavera, el ciclo de la vida recomienza una vez más.
Hoy hablaremos de plantas con flores que pintan al jardín con una paleta de color blanco…jardines blancos, que iluminan la noche.





Azucena: Con flores grandes, blancas y perfumadas, coronan los tallos erguidos que desaparecen en el invierno. Su altura llega casi al metro. Requiere riego regular y fertilización. Deben controlarse las babosas y caracoles. Se multiplica por división de matas adultas en el otoño, una  vés  que el follaje se secó por completo. Al sol en lugares frescos y suelos permeables. Ideal como flor de corte por su perfume.

Cala: Requiere suelos húmedos y pantanosos. Necesita media sombra. Ideal para estanques con sombra liviana. Sus hojas son grandes, sagitadas, de largos pecíolos. Sus flores, muy pequeñas y amarillentas, están agrupadas en una espádice, protegidas por una espata blanca acartuchada, de agradable perfume. Se cultiva bien en macetas. Se utiliza como palustre en contenedores dentro de estanques. También se cultiva para flor de corte. Se multiplica por división de matas.

Bignonia blanca: Trepadora perenne de rápido crecimiento, que produce una masa de flores blancas con forma de trompeta, con garganta púrpura. También es notable el aspecto de sus hojas, que son persistentes y de un verde oscuro tan brillante. Necesitan de un soporte que lo permitan enrollar sus zarcillos, considerando unos 5 metros de expansión para sus ramas. Soporta climas fríos, pero debe protegerse de los vientos fuertes y de las heladas prolongadas. Requiere una exposición luminosa, suelo fértil y bien drenado.

Corona de novia: Forma rápidamente una mata globosa de tamaño medio y delicado ramaje arqueado que se cubre de masas de flores blancas con los primeros calores primaverales.  Su follaje es verde glauco, tornándose amarillo en otoño. Es resistente a las heladas. Conviene realizar una poda anual, despuntando las ramas cuando termina la floración, y ralear periódicamente entresacando desde la base las ramas excesivas y más viejas para clarear la copa y permitir el acceso de aire y luz en su interior. Puede multiplicarse por división de matas. Su altura llega a los 2 metros. Prefiere el sol. Con frío y sol mejora el colorido otoñal.

Jazmín del cabo: Su perfume es inigualable. Las flores se destacan entre las hojas y salen de unos capullos vedes brillantes. Sus hojas conservan su atractivo todo el año. Prefiere sol de mañana. El suelo debe ser rico y ligeramente ácido. Alcanza una altura y diámetro de 2 metros. Controlarlo del ataque de plagas y enfermedades.

Photinia: Su follaje persistente presenta una increíble brotación primaveral de color rojo cobrizo brillante. Pero el espectáculo que despliega en la primavera aumenta con la floración, grandes racimos de flores blancas sobresalen por encima de las hojas más altas. Soporta una poda regular. Necesitan sol . Soportan heladas, llegan a medir de 4 a 5 metros de altura.

Pezuña de vaca: Especie caduca, de crecimiento lento. Tiene ramas arqueadas, con aguijones. Sus flores blancas se disponen en racimos, parecidas a las orquídeas, y resultan muy llamativas sobre las hojas  hendidas al medio como la pezuña de la vaca. No tolera las heladas. Prospera al sol y medio día de sol. Llega a una altura de 8 metros.

Margaritas: Tiene flores blancas con el centro amarillo. De crecimiento rápido, tolera muy bien el frío. Es muy utilizada en macizos. Apta como flor de corte debido a su larga duración. Hay que podarla después de la floración. Se multiplica por división de matas y por semillas. Necesitan pleno sol. Resistente a enfermedades. Alcanza una altura de 60 centí









Rosas iceberg: Las flores de color blanco nieve, muy perfumadas, crecen en ramilletes. Con graciosas ramas laxas, se las utiliza por su lindísima y continua floración, el escaso mantenimiento que requiere y su estupenda sanidad.







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