Como diría Victoria
Ocampo…“Los perfumes son como los sonidos, fijadores poderosos del recuerdo,
porque un jardín además de entrarnos por los ojos nos entra por la nariz, esa
puerta de nuestro ser que nunca se puede cerrar”.
El aroma nos
transporta y nos arrebata, quizás porque
es uno de nuestros sentidos más primitivos.
Esta magia de los olores la
que nos lleva, aún en el más pequeño o en la más minúscula maceta, a tener
alguna especie que nos haga soñar. Pueden ser sus aromas alegres o tristes,
melosos, dulces, fríos o cálidos…reconocibles como el del pasto recién cortado,
inquietantes como el que trae una tormenta a punto de desplomarse o cálidos
como el de la tierra mojada por la lluvia. ¿Quién puede evitar reconocer en el
aire la cercanía de un limonero en flor, un bosque de pinos o una avenida de
eucaliptus? Y ¿cuantas veces nos hemos parado en la calle al pasar por un paraíso florecido o por un
jazmín chino avisando que la primavera ha llegado?
La naturaleza se ha
esforzado especialmente al dotar a las plantas del exquisito adorno de las
fragancias, sea para atraer con ellas a sus polinizadores o para deleitar
nuestro sentido. Curiosamente, la mayoría de las flores perfumadas está entre
las blancas, será que a falta de color, buenos son los perfumes….
Los
más distinguidas por su aroma…
Jazmín
chino o polyanthum. Es una trepadora perenne de tallos
envolventes. Se caracteriza por su crecimiento vigoroso, follaje persistente y
una floración muy perfumada. Los pimpollos tienen un tinte rosado antes de
abrir y luego se transforman en fragantes flores blancas, que se despliegan en
abundancia durante casi un mes. Prospera en sol pleno o de medio día y no
tolera períodos de heladas prolongadas. Sus pimpollos rosados fuerte también
son muy decorativos. Sin lugar a dudas es el que señala la llegada de la
primavera.
Jazmín
del país u officinale. Enredadera de follaje persistente, sus flores perfumadas
y blancas de hasta 2cm de diámetro. Necesita de algún tipo de soporte que le
permita enroscar sus tallos volubles. Es rústico, pero debe ubicarse en un
lugar protegido ya que no tolera las heladas intensas. Necesita de sol pleno.
Su floración es muy sutil y duradera en casi todo el año.
Jazmín
del cabo, Gardenia. Arbusto cuyas hojas, verdes y brillantes,
conservan su atractivo durante todo el año. Las flores blancas e individuales
se destacan entre las hojas y salen de unos capullos también verdes y
brillantes. Es una especie apta para macetas. Tolera mejor el sol de la mañana
y el suelo debe ser ligeramente ácido. Su perfume es inigualable.
Jazmín
del Paraguay.
Arbusto que crece tanto en sol
como en media sombra. Su follaje es verde medio, y muy sensible a las heladas.
Se caracteriza por el perfume y porque sus flores viran del violeta al lila y
luego al blanco en un período de tres días. Después de la floración se pueden
despuntar las ramas para favorecer la ramificación durante el desarrollo siguiente, con lo que
aumentará su abundante floración.
Madreselva. Especie
perenne de crecimiento vigoroso, con tallos flexibles, los cuales se van
enredando. Florece en primavera y verano. Las flores son muy vistosas y
fragantes, tubulares, algo rojizas en el botón floral, blancas al abrirse,
cremoso amarillentas al envejecer y caedizas. Resiste la sequía, y exige muy
pocos cuidados. Tolera las heladas. Se recomienda podar después de la floración
para evitar que la planta sea demasiado frondosa y se desparrame. Se multiplica
por estacas y por semillas.
Dama
de noche. Especie de follaje perenne que posee ramas abundantes y
arqueadas. Sus hojas lanceoladas, de color verde claro brillante. Sus flores se
presentan en forma de trompeta de color amarillo verdoso que se abren de noche
desplegando su intenso aroma. Conviene ubicarla protegida. Crece mejor en
climas templados ya que es sensible a las heladas. Se multiplica por esquejes.
Lavanda.
Especie de follaje perenne, grisáceo y pubescente. Posee flores lilas pequeñas,
con su aroma muy intenso, al igual que su follaje. Su floración es muy
interesante y conserva su atractivo follaje durante todo el año. Es muy
resistente al frío. Ofrece los aceites esenciales más apreciados. Sus flores son ideales para secar y hacer
ramos duraderos.